Rafael Luquín López
Estamos acostumbrados a pensar en quienes tienen mucha autoridad bajo las categorías de firmeza, rigidez, seriedad o formalidad, palabras que se acentúan más en la medida que la autoridad crezca o tenga mayor injerencia. Desde luego que, si pensamos en los Papas, podremos hacer ciertos matices en nuestra mente, pero como sea, no nos alejaremos demasiado de estos “estereotipos” que asignamos colectivamente a quienes son “cabeza”.









