Sylviane Agacinski, filósofa y feminista francesa, se apela a la “función civilizadora del derecho” para expresar su oposición a los vientres de alquiler, según expuso en un simposio sobre el tema que se celebra en el parlamento italiano, cuyo texto publica L’Osservatore Romano.
Las Redes Sociales se pueden usar para algo más que para hacerse selfies. Lo afirma Jérôme Jarret tras anunciar el éxito de la campaña “crowdfunding” con la que en pocos días consiguió –con su amigo Chaka Clarke- más 2 millones de dólares para llenar un avión con 60 toneladas de víveres para combatir el hambre en Somalia. Enviarán, concretamente, una comida especial para niños malnutridos.
Llevar el teatro a la cárcel y conseguir cambiar a las personas. Esa es la experiencia de la iniciativa Shakespeare for Social Justice que se ha experimentado en algunos lugares, entre ellos la famosa cárcel de San Quintin.
Más de 5 millones de personas siguieron el pasado 14 de marzo a través del canal France 2 la información del tiempo que co-presentó Mélanie Ségard, una joven francesa de 21 años con síndrome de Down. El segmento alcanzó el 22% de la audiencia, lo que supone todo un record de la temporada. La chica consiguió así cumplir un deseo que manifestó a través de las redes sociales y que obtuvo en pocos días un gran respaldo popular.
La idea fue noticia aquí y allá hace algún tiempo, pero reconozco que solo la he visto ahora. Se trata de la iniciativa de algunas residencias de ancianos que establecen un pacto con un grupo selecto de estudiantes universitarios: tiene residencia gratis a cambio de que dediquen algo de atención a los ancianos. Es una de esas situaciones win–win que vale la pena mencionar.
La libertad de opinión tiene sus límites, como los tienen todos los derechos, “pero una condición esencial para que sean válidos tales límites es que sean nítidos y precisos”. Y eso es precisamente lo que no ocurre con el llamado “delito del odio”. Lo afirma José María Ruiz Soroa en un artículo publicado en El País.
Son frecuentes los artículos de prensa centrados en la batalla entre el Papa Francisco y sus adversarios. A veces, los titulares alcanzan tonos épicos: “Guerra civil en el Vaticano: los conservadores luchan contra Francisco por el alma del catolicismo”, afirma The Guardian. Sin negar la existencia de controversia, un veterano corresponsal en el Vaticano aconseja algunas medidas para evitar la toxicidad de algunas posturas y fuentes referidas al Papa Francisco.
El filósofo y ensayista Fernando Savater reflexiona en un artículo, publicado en el diario El País, sobre el balance entre el respeto a las opiniones ajenas y la susceptibilidad de los que se sienten maltratados cuando otros simplemente disienten de sus puntos de vista.
La actual crisis de la prensa no consiste, fundamentalmente, en el fracaso del modelo económico basado en una publicidad que “no funciona” en el mundo on line. Muchos pensamos que la crisis de fondo es de sentido: ¿Para qué sirve? ¿Cuál es su función social? Si es un negocio sin más, como todos, ¿por qué razón hay que protegerla? Si el objetivo es vender, ¿por qué se dice que la prensa es tan necesaria para la democracia?
Hemos leído en muchas noticias esta semana que el Papa prefiere a un ateo que a un cristiano hipócrita. Es llamativo que un planteamiento tan exquisitamente religioso haya capturado el interés de medios que no suelen hacerse eco de temas tan confesionales.