La inteligencia artificial (IA), en particular ChatGPT, está ganando cada vez más relevancia debido a la creciente complejidad en su capacidad de respuesta. Expertos como Elon Musk, Steve Wozniak y Yuval Noah Harari han expresado sus preocupaciones. Y se abre un enorme debate sobre los problemas asociados con esta tecnología, pues se considera que podría tener consecuencias perjudiciales para la sociedad, por no mencionar su uso miliar para las guerras. Además, impacta directamente en el ámbito laboral, ya que la IA está suplantando con “robar” el empleo de las personas.

La inteligencia artificial puede superar a la humana en algunas funciones, pero carece de razonamiento y conciencia. Aunque se acerca gradualmente a la prueba de Turing, un método de comparación, la IA aún se percibe como incapaz de superar a la inteligencia humana, según afirmaciones de Richard Benjamins, responsable de AI en Telefónica, durante un debate sobre inteligencia artificial con ChatGPT4.

Menciona el periódico Los Angeles Times que en una declaración publicada por el Center for AI Safety en el University College de Londres, destacadas personalidades, incluyendo a Sam Altman, director general de OpenAI, y Geoffrey Hinton, considerado el padrino de la inteligencia artificial, expresan preocupaciones sobre los riesgos asociados con el desarrollo de la IA. Se teme que pueda superar la inteligencia humana y resultar en una posible pérdida de control, citando ejemplos de chatbots altamente capacitados como ChatGPT.

Este llamado a la precaución ocurre en medio de un debate en curso, donde José Luis Pardo, ensayista y catedrático de Filosofía en la UCM, plantea que el mayor temor no radica en la IA en sí misma, sino en la “estupidez humana” que podría hacer que la tecnología sea peligrosa. 

Pardo señala en el periódico ABC: “La inteligencia artificial no es una amenaza contra la creatividad del espíritu humano, sino una cura de humildad contra la ilusión de que todos somos creadores por el simple hecho de tener un teléfono móvil. Lo que amenaza a la humanidad no es la tecnología, sino nuestra gran capacidad de estupidez”.

Como señala el periódico El Confidencial, el debate sobre la AI sigue abierto, con opiniones divergentes sobre si representa o no una amenaza existencial para la humanidad. Los expertos han expresado tanto sus preocupaciones como sus esperanza, como hacen en una nueva carta firmada por más de 1.300 de ellos, donde se argumenta que la IA es una fuerza positiva y no una amenaza.

La aparición de ChatGPT ha intensificado la discusión sobre los límites y el impacto de la inteligencia artificial en la sociedad. A medida que la tecnología continúa avanzando, surge la pregunta sobre quién asumirá la responsabilidad de los posibles daños causados por la IA y cómo se abordarán los riesgos asociados. Esto ha llevado incluso a que el Vaticano firme con IBM un acuerdo que lleva por nombre “El llamado de Roma por la ética en la IA”, con el objetivo de que todo desarrollo basado en esta tecnología se regule y se base en intereses acordes con los valores humanos.

En este contexto, el desafío para la humanidad es claro: equilibrar el progreso tecnológico con la ética y la responsabilidad, reconociendo que la tecnología en sí misma carece de ética, pero su impacto en la humanidad depende de cómo se utilice y gestione.

Fotografía de Envato Elemets