Silencio roto: matrimonio infantil, una realidad oculta

Leonel Alberto Alfaro

Un estudio realizado por UNICEF en 2023 revela una realidad alarmante: 640 millones de mujeres han sido forzadas a casarse durante la infancia, una cifra que se incrementa con 12 millones de niñas cada año. El dato positivo es que se está experimentando una ligera disminución en la última década.

El análisis de UNICEF revela que, a pesar de esa disminución, diversas crisis amenazan con socavar estos avances: desde conflictos hasta desastres climáticos y los impactos de la pandemia de COVID-19. Regiones como África subsahariana y América Latina y el Caribe se enfrentan a desafíos significativos para reducir esta práctica, mientras que otras, como el sur de Asia, muestran avances notables pero aún albergan una proporción significativa de matrimonios infantiles.

Las niñas que se casan durante la infancia enfrentan consecuencias debastadoras a corto y largo plazo. Tienen menos probabilidades de recibir educación formal y enfrentar un mayor riesgo de embarazos prematuros, lo que aumenta la probabilidad de complicaciones y mortalidad materna e infantil. Además, el matrimonio precoz puede privar a las niñas de su libertad, aislándolas de sus comunidades y afectando su salud mental y bienestar.

Matrimonio infantil: Una forma de trata de personas

En varios países latinoamericanos, el matrimonio infantil sigue siendo una realidad preocupante, a menudo respaldada por familiares en busca de beneficios económicos. En Colombia, por ejemplo, el matrimonio infantil persiste como una forma de trata de personas con fines de explotación. A pesar de que se considera un delito según la Ley 985 de 2005, una disposición del código civil colombiano (artículo 117) permite que los menores a partir de los 14 años se casen con el consentimiento de sus padres. Esta disposición legal facilita las uniones serviles, donde las niñas y adolescentes son víctimas de explotación sexual y trabajo doméstico forzado.

El matrimonio infantil y servil continúa siendo una grave violación de los derechos humanos en todo el mundo. A pesar de los esfuerzos para combatirlo, persisten desafíos legales, sociales y culturales que dificultan su erradicación. Sin embargo, con un compromiso renovado y acciones concertadas a nivel internacional, es posible crear un futuro donde cada niña y niño pueda crecer en un entorno seguro, saludable y libre de explotación.

Sin embargo, a pesar de los desafíos, existe esperanza en la lucha contra el matrimonio infantil, es el caso de Perú, que en noviembre del 2023, el Congreso del país ha tomado la decisión de prohibir expresamente el matrimonio infantil, es un claro ejemplo del progreso que se puede lograr cuando se priorizan los derechos fundamentales de la niñez. Esta medida refleja un compromiso firme con la igualdad y la protección de los niños y niñas, pero también sirve como un recordatorio de que la lucha contra el matrimonio infantil es una batalla continua y global.

Catherine Russell, directora de UNICEF, hizo un llamado urgente a la comunidad internacional para proteger el derecho de las niñas a la educación y una vida independiente. Es fundamental abordar las causas subyacentes del matrimonio infantil y garantizar que las niñas tengan acceso a servicios esenciales y apoyo comunitario que las protejan de esta práctica perjudicial.

Foto: Infobae-Perú