Los trastornos del sueño: un incomprendido problema de salud pública

Leonel Alberto Alfaro

Entre el 30% y el 40% de la población ha experimentado insomnio en algún momento, mientras que aproximadamente entre el 9% y el 15% sufre de insomnio crónico y severo. Estas cifras destacan la importancia de abordar los trastornos del sueño como un desafío de salud pública, dado su frecuente subestimación y falta de comprensión.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) identifica un total de 88 variedades de trastornos del sueño, siendo el insomnio el más común entre ellos. La falta de sueño de calidad puede desencadenar diversos trastornos neurológicos, y la OMS advierte que la privación del sueño es un problema mundial en aumento. Cada vez se reconoce más la importancia del sueño en la salud pública.

Factores desencadenantes

Múltiples factores contribuyen al aumento de los trastornos del sueño en la sociedad contemporánea. Un informe del Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (NINDS) de los Estados Unidos destaca el impacto del estilo de vida moderno, caracterizado por el estrés crónico, los horarios irregulares de trabajo, el uso excesivo de pantallas antes de dormir y la falta de actividad física regular.

Además, elementos como la edad y las condiciones médicas preexistentes pueden incrementar la probabilidad de desarrollar trastornos del sueño. Por ejemplo, los adultos mayores tienen una mayor predisposición al insomnio, mientras que la apnea del sueño afecta principalmente a hombres y personas con sobrepeso. La persistencia de estos trastornos conlleva implicaciones significativas, como la merma en la calidad de vida, la disminución del desempeño laboral y educativo, así como un aumento del riesgo de enfermedades crónicas como la hipertensión y la diabetes.

El diario El Pais, publicaba un articulo de opinión donde evidenciaba que otro de los factores causantes de los trastornos del sueño en los ciudadanos hoy, era precisamente las largas jornadas laborales, exigencias de presencialidad y ritmos de trabajo extenuantes contribuyen al problema.

Abordar el problema

Un estudio reciente publicado en la revista Sleep sugiere que la terapia cognitivo-conductual para el insomnio (TCC-I) es una intervención eficaz y de bajo riesgo para mejorar la calidad del sueño y reducir los síntomas de insomnio a largo plazo. Además, promover hábitos de sueño saludables, como mantener horarios regulares de sueño, limitar la exposición a dispositivos electrónicos antes de acostarse y crear un entorno propicio para dormir, puede marcar una diferencia significativa en la calidad del sueño.

Por otro lado, aunque los trastornos del sueño son más habituales en personas mayores, es importante tener en cuenta su vínculo con el incremento de los trastornos de salud mental en jóvenes. Uno de cada tres individuos entre los 15 y 29 años ha consumido psicofármacos en alguna ocasión, muchas veces ligado al deseo de conciliar el sueño.

Llamada a la acción

La falta de sueño de calidad no solo afecta el bienestar individual, sino que también tiene ramificaciones importantes para la sociedad en su conjunto. Es imperativo que se priorice la concienciación, la investigación y la implementación de estrategias efectivas para abordar este problema de manera integral.

El pasado 15 de marzo se conmemoró el Día Mundial del Sueño, una jornada dedicada a concienciar sobre la importancia de prevenir y abordar los trastornos del sueño para fomentar la salud y el bienestar personal. Esta fecha no solo sirve como recordatorio de la relevancia de un sueño adecuado, sino que también actúa como un llamado a la acción para que gobiernos, instituciones de salud y la sociedad en su conjunto reconozcan la gravedad de los trastornos del sueño como un problema de salud pública.

Al igual que sucede con la adicción al tabaco o la obesidad, los trastornos del sueño no deben ser considerados simplemente como problemas individuales. Requieren una respuesta integral por parte del sistema de salud y una consideración global en términos de igualdad social.

A pesar de ser una afección común, el insomnio ha sido incomprendido en gran medida, lo que ha llevado a su subestimación y a una falta de atención adecuada por parte de la sociedad y los sistemas de salud. Además, la falta de acceso a tratamientos efectivos han exacerbado su impacto, lo que destaca la necesidad de una mayor concienciación, investigación y atención clínica para abordar este problema de manera integral. Solo mediante un enfoque colaborativo y holístico se podrá mitigar el impacto del insomnio y promover un mejor bienestar para todos.

Fuente Foto: Infobae