Europa, cada vez más “viejo continente”

Japón rompe récord con 95,000 ancianos centenarios y registra su peor tasa de natalidad en 2023, mientras Corea del Sur tiene la tasa de fertilidad más baja del mundo, con 0.72 hijos por mujer. China pierde 2 millones de habitantes, y Corea del Norte sigue la misma tendencia. Europa, frente a un reflejo de su posible futuro, debe decidir si actúa ahora para evitar un desenlace similar. El Papa Francisco insta a implementar políticas que frenen el envejecimiento poblacional antes de que las consecuencias sean irreversibles.

La caída de la natalidad y el envejecimiento acelerado en Japón, Corea del Sur, China y Corea del Norte están generando graves problemas económicos y sociales. La falta de trabajadores jóvenes pone en riesgo el crecimiento de estas naciones. Japón, por ejemplo, enfrenta una crisis laboral que ha impulsado el uso de la automatización —robots y tecnología que reemplazan tareas humanas— y está evaluando cambios en su política migratoria para cubrir la demanda en sectores clave.

En Corea del Sur, el sistema de seguridad social se encuentra bajo presión debido a la escasez de población activa, complicando el financiamiento de pensiones y cuidados para los ancianos. China, tras décadas de control natal, ahora enfrenta una reducción de su competitividad global, con una población menguante que limita su capacidad económica. Aunque Corea del Norte ofrece menos datos, sufre un patrón similar de bajo crecimiento poblacional que complica su desarrollo económico y social.

Europa también experimenta una crisis de fertilidad. Países como Italia y España se encuentran entre los que tienen las tasas de natalidad más bajas del continente, según Euronews. Si esta tendencia continúa, Europa podría verse en una situación crítica, similar a la de Asia, con un posible colapso de sus sistemas económicos y sociales ante la falta de jóvenes que sostengan la base laboral y el bienestar social.

Ante esta situación, el Papa Francisco, quien ha insistido en varias ocasiones en la urgencia del tema, ha llamado a los gobiernos europeos a tomar decisiones concretas para apoyar a las familias y fomentar la natalidad. “Hace falta visión de futuro”, señaló en la cuarta edición de los Estados Generales de la Natalidad en mayo, subrayando la necesidad de políticas que permitan a los jóvenes formar familias sin tener que elegir entre trabajo y cuidado de los hijos. “Es necesario un mayor compromiso por parte de todos los gobiernos, para que las jóvenes generaciones puedan realizar sus legítimos sueños”, insistió el Papa, exhortando a una acción inmediata y efectiva.

El envejecimiento y la baja natalidad no son desafíos exclusivos de Asia; representan una advertencia clara para Europa y el mundo. Sin medidas estratégicas y coordinadas, el Viejo Continente podría enfrentar una crisis similar, con consecuencias profundas para sus sistemas económicos y sociales. Japón, Corea del Sur, China y Corea del Norte ofrecen lecciones valiosas sobre la importancia de actuar a tiempo para asegurar la estabilidad y el futuro de las naciones.