“Fue complicado cubrir una enfermedad tan prolongada”

El periodista colombiano Andrés Gil cuenta su experiencia durante la hospitalización del Papa

Andrés Escobar

Con la experiencia de haber acompañado al Papa Francisco en el viaje apostólico a Colombia, en el 2017, el periodista colombiano Andrés Gil fue enviado a Roma por las televisiones RCN Televisión y NTN24 para informar sobre la hospitalización del Papa. En esta entrevista comparte esta intensa experiencia, que vivió como creyente y como profesional.

¿Cuando se decide que había que venir a Roma para cubrir la enfermedad del Papa?

Llevábamos semanas observando que la salud del Santo Padre se estaba complicando. Por lo tanto, no fue una sorpresa que en algún momento tuviéramos que desplazarnos hacia allá para hacer una cobertura más cercana. Recuerdo que el sábado 22 de febrero, el Vaticano informó que la situación del Papa Francisco se había tornado grave. Esa misma noche, desde el canal, me dieron que había que ir a Roma.

Había que actuar rápidamente y comenzar a informar de manera oportuna. Me sentí algo extraño, porque era raro reportar sobre la delicada salud del Papa sin poderlo ver. Como católico y como ser humano, la preocupación por su bienestar era natural. Me impresionó mucho el despliegue de oración que organizó el Vaticano, los rosarios que se rezaban durante la noche, me parecieron gestos muy adecuados y significativos. De hecho, como creyente, no solo como periodista, acudí a rezar uno de esos rosarios en la Plaza de San Pedro, aprovechando un descanso del trabajo. Fue una experiencia muy enriquecedora y desafiante.

Como periodista, fue complicado cubrir una hospitalización tan prolongada. Hubo noches en que la situación se complicaba más, pero también momentos en los que aparecían noticias alentadoras. Lo más impactante fue la expectativa mundial que generó su salud, no solo en Colombia y América Latina, sino en todo el mundo católico. La fuerza de la oración finalmente lo ayudó a salir del hospital y regresar a su hogar, donde sigue recuperándose. Seguimos pendientes, observando de cerca su evolución y cómo avanza su recuperación.

¿Cómo han vivido en Colombia la enfermedad del Papa Francisco?

Yo tengo un buen indicador: son las llamadas o los mensajes que me enviaban mis familiares o amigos, preguntando qué se sabía, si era cierta tal cosa que había escuchado… Quería confirmar si una noticia que habían leído por algún lado era real o no.

Había mucha, mucha expectativa, mucho interés en Colombia, y también mucha preocupación. Hubo gente que me comentó que se sumaba a cadenas de oración en las parroquias, en las grandes ciudades y en los pueblos pequeños. Gente orando por la salud y la recuperación del Papa y de todos los enfermos. Pero para mí, percibir esa inquietud a través de familiares y amigos me daba una idea clara de la gran cantidad de interés que despertó este tema en Colombia durante esas semanas.

¿Cómo ha preparado el trabajo concreto de estas semanas?

La preparación para este tipo de coberturas en realidad debe hacerse con mucho tiempo de anticipación, quizás con años. Es una preparación que se logra con lectura, con estudio y con aprendizaje sobre lo que sucede en el Vaticano, cómo se mueve, cómo funciona, cómo es la organización del gobierno de la Iglesia, cómo son los protocolos en caso de que un Papa llegase a fallecer. Hay que saber y tener experiencia. Por ejemplo, haber estado en una visita papal o haber cubierto eventos papales.

En el momento mismo de la cobertura, hay aspectos clave como ceñirse a la textualidad de la información, evitar interpretaciones que puedan generar imprecisiones en relación con lo que el Vaticano informa sobre la salud del Papa. Es fundamental acudir a profesionales de la salud que te puedan explicar en qué consiste tal cosa aspecto del diagnóstico o el pronóstico médico del Papa. Por ejemplo, entender, qué es un broncoespasmo, qué es una crisis renal, en qué consistía la oxigenoterapia que le estaban aplicando. Contar con expertos da mucha seriedad al trabajo y es parte de la preparación.

Desde luego, también es vital prestar mucha atención y tomar nota detallada de lo que dice el director de la sala de prensa. Él es una fuente primaria, una fuente oficial, y es necesario tratar con mucho cuidado y detenimiento la información que proporciona, que en ocasiones puede ir más allá del boletín oficial.

¿Qué ha sido lo más confortante de estos reportajes especiales?

En estas jornadas suele haber una carga alta de trabajo, de cansancio. Mucho requerimiento por parte de los canales para los cuales trabajamos, estar al aire, tener materiales listos. Pero también en estas coberturas hay momentos gratificantes, momentos de oración, de conocer personas nuevas, colegas, de quizá reencontrarse con amigos o colegas de otros momentos, de aprender más, de acumular más experiencias, de compartir un almuerzo, de ir a una misa, de conversar, entender, conocer y alistarse para lo que pueda pasar.

El solo hecho de ir a Roma, el solo hecho de estar en el Vaticano, ya es una situación gratificante, algo bonito. Entrevistar a gente que sepa, que conozca, que entienda, que tenga sensibilidad sobre los temas del papado y de la Iglesia Católica, también es gratificante. Y, en última instancia, gozar del trabajo, agradecer a Dios por el trabajo, honrar a Dios con el trabajo, honrar a la familia, compartir también con la familia, si es posible, y conocer buenos amigos.