
Luis Amaurys Díaz Parra
Con el estallido de la guerra, se ha iniciado también un bombardeo de comunicación. Existe una guerra física y la guerra de la desinformación. Lo que se conoce como el ciberactivismo ha llenado las redes. La difusión de noticias maliciosas se realiza falsificando perfiles digitales en redes sociales y a través de medios de comunicación de escasa credibilidad.
En el 2019 la analista Kristine Berzina,del think-tank “The German Marsall Fund of the United States”, comentó a Efe que este tipo de desinformación “busca generar desconfianza en las instituciones políticas, y crear caos y disrupción. Evoluciona constantemente y es muy barata. Es un juego al que vamos a seguir jugando en el futuro”.
El Instituto Español de Estudios Estratégicos ha analizado este tipo de guerra virtual a través de la desinformación. Muestra que durante los años de la Guerra Fría, la KGB diseñó́ una compleja caja de herramientas para provocar la subversión de las estructuras sociopolíticas estadounidenses y de otros países. La desinformación era un componente esencial de esas herramientas.
La actual guerra entre Ucrania y Rusia es el ejemplo más cercano. Se considera que la estrategia que ha utilizado Ucrania es “creativa y efectiva”. Según algunos expertos en estrategia militar, los mensajes e imágenes de funcionarios ucranianos dirigidos expresamente a los soldados rusos y sus madres son una forma de contrarrestar la campaña de desinformación emprendida por el Kremlin.
Por otra parte, también es prudente no exagerar la influencia de la guerra digital. Para Ciaran Martin, de la Universidad de Oxford, “no hay una bala ganadora disponible para Occidente. Hablar de lo cibernético como el misil disuasivo de nuestra era es una locura. El dominio ciber puede influir, pero no decidirá esta crisis… El realismo nos ayuda a prepararnos mejor”.
Para el usuario normal, que sigue la evolución bélica a través de las informaciones accesibles, todo esto supone una llamada de atención para acudir a fuentes fiables y juzgar con espíritu crítico.