Davys Montenegro Ríos
Antes de que el Covid 19 sacudiese el mundo, las epidemias que traían de cabeza a la comunidad científica eran, entre otras, la obesidad y el sobrepeso. Un estudio del Hospital del Mar de Barcelona apuntaba que 8 de cada 10 hombres y el 55% de las mujeres tendrían sobrepeso u obesidad en 2030; sin embargo, la crisis sanitaria ha acabado por acelerar en la calle lo que pronosticaban los estudios.

Las invertigaciones arrojan que el sedentarismo y la ansiedad de los confinamientos, el estrés por el parón de la actividad laboral y la mala salud mental asociada a la pandemia han alimentado la obesidad y el sobrepeso: hay más personas con estas dolencias y los que ya estaban diagnosticados han empeorado. Los expertos alertan de que urgen medidas para atajar esta compleja enfermedad.
Desde los primeros días de la pandemia, con el confinamiento estricto que encerró en casa a medio mundo, algunos médicos comenzaron a advertir la posibilidad de que el encierro podría generar que las personas aumentaran su peso entre dos y cinco kilos de exeso. Esto no era un secreto, ya se veía venir por la falta de actividad física, el incremento del consumo de productos poco saludables unido al estrés emocional y los problemas derivados de la pandemia.
Un informe de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) reveló en julio de 2020 que el 44% de los españoles habian subido de peso. Estudios posteriores a lo largo de estos dos años de pandemia han avalado esos datos. Por otra parte, una investigación estadounidense publicada en la revista JAMA, cifraba el incremento de peso medio en los 269 participantes adultos de su investigación en torno a 600 gramos por mes.
La situación global “ha empeorado”, aunque de forma más severa en los grupos con tendencia al sobrepeso, valora Miguel Ángel Martínez, jefe de grupo del Centro de Investigación Biomédica en Red de Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición.
También los niños se han visto afectados por el problema de la obesidad. Con las cifras en la mano, España es uno de los países de la OCDE con mayor porcentaje de sobrepeso entre la población infantil y adolescente: el 40,6 % de los niños y niñas de entre 6 y 9 años tiene exceso de peso y el 76,2% debe mejorar la calidad de su alimentación. Así lo reflejaba el último estudio ALADINO 2019, publicado por el Ministerio de Consumo y la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN) en el marco de la estrategia NAOS.
Si bien antes de la pandemia, y a pesar de que las cifras eran ya preocupantes respecto a la prevalencia de la obesidad infantil, había cierta esperanza en la estabilización, la cuestión ahora es saber qué impacto está teniendo la crisis por coronavirus en esta otra pandemia, la de la obesidad infantil.
Pero más que afectar la apariencia física, la obesidad tiene otros efectos sumamente negativos para la salud, como muestra el gasto sanitario detrás de esta pandemia invisible: la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que más de 800 millones de personas acuden anualmente a revisiones médicas relacionadas con estos males, ocasionando también que la factura sanitaria en muchos países se dispare.