El aumento de eutanasias por trastornos psíquicos preocupa a expertos en Países Bajos

José Valdez

El primer caso de eutanasia a un menor de edad por sufrimientos causados por un trastorno psíquico en Holanda, ha abierto un debate en ese país. Expertos se preguntan por las razones psicológicas y sociales que llevan a esas decisiones, y plantean buscar respuestas de amplio término. 

Según ha informado el periódico El País, se trata de un chico o una chica, que tiene entre 16 y 18 años, edad mínima que establece la ley para solicitar la eutanasia. Por lo que no tuvo que contar con el permiso de sus padres.

El mismo periódico indica que los psiquiatras en Países Bajos están preocupados por el incremento de las peticiones de eutanasia entre jóvenes, desde el 2011. Aunque el aumento de solicitudes incluye a adultos. En 2023, el total de eutanasias a causa de sufrimientos por trastornos psíquicos fue de 138. Un 20% más que el año anterior. El número de eutanasias que incluye las realizadas por graves enfermedades físicas, fue de 9,068, un 4% más que en el 2022. Esto significa el 5,4% del total de muertes registradas en el país, que en ese año fueron 169,363.

Es curioso que, según el mismo medio español, el ascenso de las peticiones coincide con la creación del Centro de Competencia de la Eutanasia en 2013. Lo que a su vez ha estado acompañado por una creciente aceptación en la percepción de la gente, que se estima está en un 87%.

Todo esto ha puesto a pensar a los especialistas de la salud mental pues, si bien cumplen con los protocolos que estipula la ley de eutanasia, aprobada en ese país desde 2002, les pone en conflicto con su misión, que es prevenir los suicidios. El aumento de las solicitudes y prácticas de eutanasias pone ahora en tela de juicio su profesión.

El caso de Zoraya ter Beek, una joven holandesa de 28 años, que decidió someterte a la eutanasia para el 12 de mayo de este año, es parte de la realidad que preocupa a los especialistas. La chica, casada, con dos gatos y sin hijos, no padece enfermedad física que la haga sufrir como para pedir la eutanasia. Pero una “profunda depresión paralizante… le ha perseguido toda su vida”, informó el medio ABC. A la depresión se le suma autismo y un trastorno límite de la personalidad.

Para el psiquiatra Sisco van Veen, la raíz del problema está relacionada con el aumento de problemas de salud mental en los jóvenes, no sólo en ese país. Y especula “sobre la posible angustia de un mundo inseguro”, ha indicado a El País. Ese periódico ha publicado recientemente una entrevista al psicólogo social Jonathan Haidt, de origen judío pero residente en Estados Unidos que, basado en diversos estudios tanto en ese país como en Europa, ha descubierto una relación entre la depresión y ansiedad de niños y jóvenes, con la sobreexposición a las redes sociales. Entiende que los gobiernos deben controlar a las empresas propietarias de las Social media, y los padres a sus hijos en el uso de los dispositivos. Es un modo de ayudar a los jóvenes a desarrollar una vida más sana, mental y socialmente.

Sisco van Veen entiende que los pacientes jóvenes “pueden tener traumas, depresión, problemas alimentarios o desórdenes de la personalidad y su angustia es real”. Reconoce que los tratamientos “no siempre funcionan”, porque “los problemas psiquiátricos no son solo médicos, también hay factores sociales o psicológicos”, a veces “invisibles”, dijo también a El País.

Es una situación que ponen sobre la mesa, dice el ABC, “la calidad de vida, la autonomía personal y los límites de la medicina en el tratamiento de trastornos psiquiátricos profundos. Mientras algunos defienden su derecho a elegir sobre su propio sufrimiento y destino, otros expresan preocupación por lo que consideran un posible abandono terapéutico y las implicaciones de la legislación sobre la eutanasia”. Diversas entidades de la Iglesia Católica, como el Dicasterio para la Doctrina de la Fe  y las conferencias episcopales de Francia y Perú, ante la normalización social de la eutanasia y la expansión de proyectos de ley, han mostrado preocupación. Afirman que la respuesta al sufrimiento no puede ser un gesto letal. Sugieren hacer énfasis en los tratamientos paliativos a los enfermos graves, y mitigar la soledad ofreciendo compañía a los que se sienten en situaciones de sufrimiento.

Foto: Eric Ward / Unsplash